Queridos hermanos, demos gracias a Dios de que somos parte de la gran comisión de llevar las buenas nuevas a nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo, vecinos y a toda persona que encontremos a lo largo de nuestro camino por este mundo; porque ¿Cómo creerán si no hay quien les hable? pero a nosotros por haber oído y creído se nos ha comisionado y ungido para ello.
Jesucristo dijo, como él había sido ungido por el Padre, así también nosotros hemos sido ungidos para:
«… dar buenas nuevas a los pobres; sanar a los quebrantados de corazón; pregonar libertad a los cautivos, vista a los ciegos; poner en libertad a los oprimidos; …» (Lucas 4:18-19)
Él dijo:
«Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.» (Juan 17:18)
«… Como me envió el Padre, así también yo os envío.» (Juan 20:21)
No olvidemos que Jesucristo que es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos, y en quien estamos, sigue trabajando a través de nosotros en el mundo.
Jesucristo por su obediencia es bendecido hasta los pies, y también para todo obediente está escrito:
«… ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!» (Romanos 10:15)
Los amamos y bendecimos.
Pastores J. Gehez y Clia Encinas
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